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DIARIOS DE LA OCUPACION

4 de Abril

 

            Hace días que no hago nada. Apenas salgo de casa. Como poco y mal. Tengo vacía la nevera. Creo que estoy convirtiéndome en cucaracha.

            Para remediarlo he lavado algo de ropa. He instalado una cuerda de un extremo al otro del pasillo para tender la ropa. Hasta que se seque sigo sin salir a la calle. Cuando lo intento la ropa limpia que cuelga me advierte que la que visto está sucia.

            He barrido y al pasar la escoba debajo de la estantería, ha salido una foto de Julia, esa que le hice en la puerta del Cine Murnau. Sonreía como si la película que íbamos a ver fuese a cambiar nuestras vidas. Ella se entusiasmaba con cualquier cosa, no le hubiese importado ayudarme a limpiar la casa. La echo de menos.

            El desague del fregadero estaba atascado. He desenroscado el sifón de la tubería y el olor me ha echo vomitar. Supongo que es verdad lo que dicen de que la Gestapo tritura a los muertos y los echa a las alcantarillas por el retrete. ¡Que olor!.

            Después no he tenido ganas de hacer nada. Es mas sencillo admitir que se es una cucaracha.

 

30 de Marzo

 

            Reponen en el cine del barrio una vieja película de Greta Garbo, esa en la que ella es una espía alemana a la que fusilan los franceses. Esta noche he ido a verla. La sesión era doble. Han proyectado también “Tormento y frontera”,  un documental acerca de los soldados que protegen la frontera con China. Desde que dura la guerra de India con China, ese inmenso territorio está sin civilizar. Es gente muy primaria que lucha por la comida. Al menos la superpoblación ha desaparecido y queda menos gente que sufra.

            Nunca me he atrevido a levantarme en mitad de un documental del Partido. Tampoco a entrar en el cine después de que haya empezado. Los gestos son importantes cuando hay tantos ojos que miden tu fidelidad. Bueno, ya puestos, me concentré en el reportaje. La conclusión era que los soldados mantienen con firmeza la línea que nos protege de la locura y de lo perverso.

            La película de “Mata Hari” es un clásico, me alegra haber ido al cine. Por lo demás, cuando meto la mano en el bolsillo y lo encuentro vacío, no me importa el enfrentamiento de China con la India, esa guerra no es la medida de mis problemas.

 

27 de Marzo

 

            Paco, el duelo del bar, me ha pedido un favor. Cuando yo estaba sentado leyendo los anuncios por palabras del periódico,  me confiesa que ha escrito un poema y que quiere conocer mi opinión.

            Era un poema malísimo, pero a Paco se le saltaban las lágrimas cuando lo leía. Supuse que lo habría dedicado a su niñez y a lo que parecía la muerte prematura de su padre, pero a lo que se refería era a su perro muerto.

            -Paco, eso tiene mérito -Le dije, sin que se diera cuenta del doble sentido.

            Parece que Paco no tenga malicia, pero le echa agua al vino y también al caldo de las habas cocidas con guindilla y hueso de jamón, no limpia las bandejas de la comida y cuando cocina magra con tomate le mezcla la carne que sobra del día anterior. A Paco le tiembla la mano que sostiene la hoja de un poema, pero es esa mano la misma que se equivoca a su favor en las sumas cuando te hace la cuenta. ¡Que cabrón!

 

24 de Marzo

 

            La Gestapo anuncia hoy por televisión que los bares deben retirar la foto de Hitler que antes era obligatorio tener. Cosa del Ministerio de Salud Pública y de los nuevos hábitos que publicitan. No es correcto, piensan, que Hitler presida las reuniones de borrachos y sea el blanco de los brindis que a su salud le hacen los parroquianos con la cerveza.

            Bueno, yo nunca lo había pensado de ese modo. Ni siquiera me daba cuenta de que estaba ahí esa foto. Uno se acostumbra a todo. Es como si algún día nos dijeran que durante estos años no hemos sido libres. Vaya tontería, uno es libre si le da igual todo.

            La portera se ha encontrado en la basura un cascabel y se lo ha anudado a un dedo por si algún gato callejero lo escucha y acude a que le ponga el collar. A mi no me importa esa idea ridícula de la portera. Hace tiempo que tengo tan poca fe en las personas que supongo que ni siquiera me importaría ser un gato y que me pusieran ese cascabel. Creo que tengo que reforzar mis valores.

 

23 de Marzo

 

Hay una rata en mi casa. Estaba desayunando cuando la he visto en un rincón de la cocina. Parda y con los pelos tensos, como a punto de chillar. He mojado otra galleta en la leche y me he quedado mirándola. Los dos éramos supervivientes. Algo en común que no me ha impedido matarla después de desayunar. Tampoco ha ofrecido mucha resistencia al verse acorralada. La he conseguido atrapar con la escoba y  le he dado un puntapié.

Uno se cansa de ser siempre la víctima.

 

 

 

 

 

21 de Marzo

 

            Si caminas por la Gran Vía muy pegado a la pared, puedes escuchar los gritos de las piedras.

La Gestapo decora con enormes banderolas su sede central en el Edificio Capitol. El Corte Ingles anuncia la llegada de la primavera. Una cuestación para los mutilados de guerra ha sacado a las calles a las Juventudes Nacionalsocialistas con sus huchas y sus correajes brillantes, las Damas de la Cruz Roja visten con mantilla y peineta y colaboran en la recogida de fondos con claveles blancos que han donado las floristerías de Madrid.

Si paseas por la Gran Vía parece todo un enorme anuncio del Nodo, un reportaje de la capacidad que tiene el pueblo de Madrid para ser feliz. Parece que en cualquier momento vaya a empezar una película y que la realidad se haya acabado.

Pero si caminas pegado a la pared, si por casualidad cesa el tráfico un instante y nadie agita las monedas de una hucha, ni le corta el tallo a un clavel en ese momento, entonces puedes escuchar la voz o el quejido de algún preso de la Gestapo. La cárcel está en el sótano y hace calor y alguien se ha dejado algún ventanuco abierto.

Los detenidos no echan monedas en las huchas. Ellos echan dientes, incluso algunos que no son de oro.

       Por lo demás, cuando cambia a verde la luz del semáforo y arrancan los coches que han estado detenidos, la vida continua. Es hermoso, no obstante, pasear con un clavel en la solapa

 

 

 

18 de Marzo

 

            Un panfleto político en mi buzón. Incita a la desobediencia.

            Lo he denunciado a la portera porque supongo que lo ha echado ella para ponerme a prueba. Se repite al menos una vez al año.

            No me importa el contenido del papel, lo malo es no tener la libertad de tirar esos panfletos a la basura.

 

15 de Marzo

 

            Del farmacéutico dicen que lo han deportado a Polonia porque fabricaba drogas sintéticas en su botica. También cuentan que practicaba abortos clandestinos, incluso que era pederasta y por eso mantenía los anuncios de chucherías en el escaparate.

            Su culpa alivia nuestra conciencia. Todos tenemos limpia la conciencia.

            Paco sabe de buena fuente que Andrés, el farmacéutico, vendía penicilina sin receta. Mi portera cuenta que era terrorista y que le habían detenido con la formula de la nitroglicerina en el bolsillo.

            A mi no se me ocurre nada del pobre hombre. Me duele no tener imaginación para culparle.

 

 

 

14 de Marzo

 

            Me he levantado de la cama para ir a la farmacia. Al acercarme he visto desde la esquina a un coche negro de la Gestapo detenido en la puerta. He preferido esperar. Han sacado esposado a Andrés, el farmacéutico, y se lo han llevado. Ni siquiera se han molestado en bajar la persiana. Todo sigue igual.

            Me acerco a la farmacia.

            Está abierta la puerta, no hay nadie, Andrés habrá salido a desayunar, tarda un poco, volveré mañana...  ¡Qué sencillo es no tener que hacerle frente a la realidad!

            Por mi parte, he dejado de toser y me he vuelto a casa.

 

12 de Marzo

 

            Llevo dos días en la cama, enfermo.

            He empezado a escribir una novela, pero no es un buen día. No tengo nada que contar. El termómetro marca 39º y la máquina negra de escribir se descompone en miles de hormigas que se dan a la fuga llevándose una letra cada una. Veo hormigas que suben por la pared cargando letras en la espalda, pero no puedo leer el mensaje. No se ponen de acuerdo las hormigas, no dejan de moverse,  mis ideas están embrolladas.

            Llevo dos días en la cama y no he escrito nada, las hormigas tampoco.

 

 

8 de Marzo

 

            La portera me enseña una insignia de las SS que le han regalado para el ojal. Es bonita, una rama dorada de laurel rodea las iniciales grabadas en esmalte negro. Le pregunto quién se la ha regalado y ella esquiva la respuesta, incluso se ha puesto seria porque creo que ha entendido mi pregunta como una provocación. Todos saben que trabaja para ellos, pero sigue siendo un secreto.

            Le sonrío y por relajar la tensión me atrevo a decirle que todos deberíamos tener una igual.

            Soy un cobarde. No se me ha ocurrido decirle otra cosa.

            Los cobardes no conocemos otra alternativa a la de procurar seguir viviendo, aunque hay ocasiones en las que seguir vivo no sirve para nada.

            Me he ido de putas esta tarde. No ha sido por odio, sólo procuraba huir.

 

 

 

 

 

 

 

  5 de Marzo

            En la Puerta del Sol han instalado un cartel de neón donde se lee: “Ahora somos felices”.

            Me gusta pasar por debajo cuando voy camino de ninguna parte. Me gusta pensar que la felicidad pueda tener un mecanismo tan sencillo que permita que alguien sea feliz si se lo ordenan.

            Envidio a esos para quienes la felicidad es el derecho a equivocarse, echar la culpa a otro, proclamar que el mundo es plano.

            La inteligencia es una enfermedad.

 

 

 

 

3 de Marzo

 

            A una furgoneta le ha explotado una rueda enfrente de mi casa, el chofer ha perdido el control y ha chocado con una farola. Traía pescado desde Alicante.

            Los curiosos se han acercado, también la Policía.

            Un coche negro se ha detenido detrás y han llenado de pescado el maletero, después se han ido los policías.

            La ambulancia se ha llevado herido al conductor. La sirena iba apagada.

            Unos empleados municipales se han acercado para enderezar la farola.

            Alguien ha llamado a la grúa para llevarse arrastrando a la furgoneta. Dejaba un rastro de agua en el asfalto. Debía tener roto el radiador y también la cámara frigorífica.

            Los curiosos han regresado a casa.

            La farola ha quedado tendida sobre la acera. Los empleados municipales se han marchado sin instalarla. El rastro de agua que dejó la furgoneta se ha secado.

            La calle vacía y seca ha quedado a oscuras como la asfixia de los peces pudriéndose esta noche en algún garaje. Da miedo esta oscuridad de la calle porque además  la Policía está en casa comiendo pescado.

           

 2 de Marzo

 

Hay una mosca en mi vaso de leche. No tiene peso para hundirse, tampoco las alas le sirven para nadar.

Debería tirar la leche por el fregadero, pero es mi último vaso. Basta con sacar la mosca con el rabo de la cuchara. La dejo a un lado, sobre la mesa, y desayuno tranquilamente. La observo. Está moviendo las patas dentro de una gota de leche.

Lo que a ella le tortura es lo que a mí me nutre.

 

           

27 de Febrero

 

            Paco me ha contado un chiste que no recuerdo pero que tenía gracia.

            Mis padres me envían más dinero, aunque nunca es suficiente.

            Las monedas que dejo caer al suelo rebotan pero no alcanzan de nuevo mi bolsillo.

            Pasan de largo automóviles que doblan la esquina y que no sé a dónde irán; llegan otros automóviles que se detienen en mi puerta aunque hoy no lo hagan por mí.

            Mis amigos sobreviven en algún lugar lejos de mis chistes y mi mala memoria, de mi escaso dinero, lejos de mi pereza por recoger del suelo las monedas que se me caen y lejos de los automóviles de la Gestapo que en la noche se detienen a mi puerta.

            No es a mí al que están buscando los de la Gestapo, pero de eso nadie se alegra. Nadie se alegra de que sólo busquen a otro.

24 de Febrero

 

            En algún lugar de la ciudad hay una emisora de radio clandestina.

            Emiten de madrugada canciones de América y leen los nombres de los fugitivos que han alcanzado la libertad en la otra orilla. Cada noche la lista es más larga aunque las canciones siguen siendo las mismas.

            Me gusta escuchar esos nombres de personas anónimas e imaginar vidas nuevas para ellos. Tú serás fontanero en Ohio, tu vales para limpiar los cristales de Nueva York, mejor tú das de comer a los caimanes en Nueva Orleans, tú no sirves para nada y puedes tocar Jazz...

            El listado es absurdo porque nadie puede cruzar el Atlántico debido a las minas y a los radares. De todas formas, no me importa que estén inventándose los nombres.

            Cuando escucho la lista imagino que en algún lugar de Kentucky acaso un hombre como yo escuche de otra emisora clandestina una lista similar de las personas que han llegado a estas costas libres de Europa.

            La esperanza no tiene dirección ni sentido.

           

 

19 de Febrero

 

            La portera tiene en el Ministerio a un primo que le ha enviado a un fontanero y a una cuadrilla de pintores para arreglar lo de la tubería rota. Eran prisioneros polacos y han llegado con escolta.

            Yo no he dicho nada de la gotera de mi casa, porque esos prisioneros me dan mucha tristeza.

            La portera me ha sonreído esta tarde cuando al salir me he cruzado con ella, sentada en una silla a la puerta. Está orgullosa.

            Cuando ahora tumbado en mi cama miro al cielo y tropiezo con el techo, la mancha de humedad dibuja el territorio de una isla libre de prisioneros. Después cierro los ojos y duermo con la conciencia tranquila.