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DIARIOS DE LA OCUPACION

 

21 de Marzo

 

            Si caminas por la Gran Vía muy pegado a la pared, puedes escuchar los gritos de las piedras.

La Gestapo decora con enormes banderolas su sede central en el Edificio Capitol. El Corte Ingles anuncia la llegada de la primavera. Una cuestación para los mutilados de guerra ha sacado a las calles a las Juventudes Nacionalsocialistas con sus huchas y sus correajes brillantes, las Damas de la Cruz Roja visten con mantilla y peineta y colaboran en la recogida de fondos con claveles blancos que han donado las floristerías de Madrid.

Si paseas por la Gran Vía parece todo un enorme anuncio del Nodo, un reportaje de la capacidad que tiene el pueblo de Madrid para ser feliz. Parece que en cualquier momento vaya a empezar una película y que la realidad se haya acabado.

Pero si caminas pegado a la pared, si por casualidad cesa el tráfico un instante y nadie agita las monedas de una hucha, ni le corta el tallo a un clavel en ese momento, entonces puedes escuchar la voz o el quejido de algún preso de la Gestapo. La cárcel está en el sótano y hace calor y alguien se ha dejado algún ventanuco abierto.

Los detenidos no echan monedas en las huchas. Ellos echan dientes, incluso algunos que no son de oro.

       Por lo demás, cuando cambia a verde la luz del semáforo y arrancan los coches que han estado detenidos, la vida continua. Es hermoso, no obstante, pasear con un clavel en la solapa

 

 

 

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