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DIARIOS DE LA OCUPACION

 

18 de Agosto

            Melocotones por las calles. Una furgoneta blanca Mercedes, chatarra de la guerra con Rusia en el 42, anuncia por megafonía el precio de un kilo y la oferta comprando tres al precio de dos.

          Si yo quisiera dos kilos no obtendría ninguna oferta. Me tienta bajar a la calle y plantearle el dilema al vendedor. Discutir con él, explicarle que yo no quiero tres kilos aunque uno resulte gratis.

            La fruta podrida me apena. Una fruta pudriéndose en un plato es como un corazón en la mano.

       Los vendedores ambulantes no entienden de sentimientos. Lo he intentado pero él me ha convencido. Ahora tengo cuatro melocotones sobre cuatro platos, secándose y pudriéndose delante de mi.

           

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